Conejo al tomillo

El otro día me trajo mi marido un conejo que le habían regalado. Un conejo de esos criados en casa, bien mantenido, nada que ver con el conejo insípido de granja que se puede adquirir normalmente en las carnicerías.

No creáis que soy yo muy fan del conejo, durante años me he resistido a comerlo, y mucho más a cocinarlo... No había encontrado la manera de que me quedase sabroso, y  me parecía una carne insulsa e insípida.

Sin embargo, últimamente, y dada una confabulación de los astros en mi contra, me voy encontrando con conejos a salto de mata, y qué remedio, que no está la cosa para andar tirando la comida, ni para irla regalando. Así que, me voy entrenando en esto de guisar el conejo.

Lo primero que he descubierto, es que es muy importante dorar muy muy bien los pedazos de carne antes de empezar el guiso. Cambia del día a la noche, así que no os saltéis ese paso. Lo segundo, fundamental contar con tiempo, porque aunque el conejo se guisa enseguidita, es mejor hacerlo a fuego lento para que se impregne de los aromas y sabores de la salsa.

Y así más o menos le he ido dando forma a esta mi receta de conejo al tomillo. Para la guarnición, yo he optado por una menestra con patatas cocidas, para no cargar el plato de calorías, aunque perfectamente se podría acompañar de un puré de patata, o unas patatas fritas en cuadraditos, por ejemplo.


Conejo al tomillo

Ingredientes (para 2 personas):
  • 1/2 conejo (aproximadamente 600 gr)
  • 1/2 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 1/2 puerro
  • 1/2 vaso de brandy
  • tomillo
  • 1 cucharada de harina
  • sal y pimienta negra
  • aceite de oliva
  • unas setas deshidratadas (esto va al gusto: tenía unas poquitas que me habían sobrado de otra receta, y por eso se las añadí al guiso. Le dan muy buen sabor, pero otras veces no las pongo).
  • 1 cucharadita de maizena
  • Para acompañar: 250 g de menestra congelada y dos patatas.

Preparación:

1. Salpimentar los trozos de conejo y enharinarlos. Yo los meto en una bolsita plástica de esas de congelar junto con la harina, la cierro y la agito. Así se evita desperdiciar harina, con una sola cucharada se tiene suficiente para todo el conejo, y ningún trozo lleva exceso de harina.

2. Poner a remojo las setas en agua templada.

3. En una cazuela baja, poner a calentar el aceite de oliva. Dorar a fuego fuerte el conejo, que coja buen color. No importa que el fondo de la cazuela se pegue un poco, luego lo desglasamos con el brandy.

4. Una vez que el conejo está dorado, lo reservamos. En la misma cazuela, añadimos las verduras bien picadas: la cebolla, el ajo y el puerro. Sofreímos. Cuando la cebolla esté bien doradita, le añadimos el brandy, rascamos bien el fondo de la cazuela para despegar todos los jugos de la carne. Dejamos dar un hervor y añadimos el conejo, las setas y un poquito de tomillo. Cubrir con agua o caldo. Yo en este caso añadí el agua de remojar las setas. No hace falta que añadamos mucho líquido. Una vez que arranque de nuevo a hervir, lo dejamos a fuego muy suave durante 45 minutos más o menos, o hasta que el conejo esté muy blandito.

5. Si vemos que la salsa nos queda muy ligera, espesarla con una cucharadita de maizena.

6. Para acompañar, hervimos la menestra congelada junto con unas patatas troceadas en agua con sal.

7. Servir todo bien caliente, y ¡¡a disfrutar!!





Montse Nosinmitaper

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